
(Agosto 2008). Tirando a colorado tiene el pelo, algunas pecas se desparraman por la cara, y sus dos dientes principales se separan. Un jopo distrito cae sobre su rostro y sus labios hacen relieve.“¿Tuvo suerte?”, así arranca la entrevista, Rubén Colombo concejal por el bloque “Frente para la Victoria” así contesta: “Quizás tuve algún premio por tanta mala suerte que tuve en la vida. Momentos difíciles que he pasado y luego llegó este premio de ser concejal, después de haber trabajado toda mi vida en política y no haber lucrado con eso”.
“Mis padres eran peronistas, mi abuelo ya fallecido había sido uno de los fundadores de la fraternidad ferroviaria y mi otro abuelo fue el primer apoderado de la Esso Argentino puesto por Perón en los años 50´. Me acunaban con la marcha peronista así que no tuve mucha opción y desde muy chico, 12 años tenía, empecé a trabajar en un local partidario”, cuenta.Tampoco tuvo opción para su fanatismo “hincha de Tigre, voy a la cancha desde los tres años, a los 43 fui directivo del club.”
En el camino del “soy” se fue haciendo: “Yo fui bancario, fui sindicalista, fui tesorero del sindicato de bancarios de zona norte. En el 96´ decidí cambiar mi vida he irme del sindicato por algunas cosas que no estaba conforme y me puse una empresa con mi familia. En el 2001, cuando estaba todo muy mal, hablando con Nestor Kirchner me convenció de seguir en la política y lo acompañé. En el 2004 trabajé en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y en el 2005 se hizo una lista desde el Frente para la Victoria y ahí vino la suerte y entré como concejal”, este fue el camino hasta su banca actual.
Está casado con Juana Lea García con quien tuvo cuatro hijos que se dividen por género: Dos varones y dos mujeres, “los tres más grandes me dieron cuatro nietos hermosos”, cuenta y queda completo el árbol genealógico.
Se considera coqueto y lo es: “Me gusta un buen perfume y vestir bastante bien, no uso zapatillas”, confiesa.Tiene marcas de un seductor: la sonrisa de coté, el revoleo de ojos y la voz de un locutor.
Su película favorita: “La mafia”.
Stop.
“Mis padres eran peronistas, mi abuelo ya fallecido había sido uno de los fundadores de la fraternidad ferroviaria y mi otro abuelo fue el primer apoderado de la Esso Argentino puesto por Perón en los años 50´. Me acunaban con la marcha peronista así que no tuve mucha opción y desde muy chico, 12 años tenía, empecé a trabajar en un local partidario”, cuenta.Tampoco tuvo opción para su fanatismo “hincha de Tigre, voy a la cancha desde los tres años, a los 43 fui directivo del club.”
En el camino del “soy” se fue haciendo: “Yo fui bancario, fui sindicalista, fui tesorero del sindicato de bancarios de zona norte. En el 96´ decidí cambiar mi vida he irme del sindicato por algunas cosas que no estaba conforme y me puse una empresa con mi familia. En el 2001, cuando estaba todo muy mal, hablando con Nestor Kirchner me convenció de seguir en la política y lo acompañé. En el 2004 trabajé en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y en el 2005 se hizo una lista desde el Frente para la Victoria y ahí vino la suerte y entré como concejal”, este fue el camino hasta su banca actual.
Está casado con Juana Lea García con quien tuvo cuatro hijos que se dividen por género: Dos varones y dos mujeres, “los tres más grandes me dieron cuatro nietos hermosos”, cuenta y queda completo el árbol genealógico.
Se considera coqueto y lo es: “Me gusta un buen perfume y vestir bastante bien, no uso zapatillas”, confiesa.Tiene marcas de un seductor: la sonrisa de coté, el revoleo de ojos y la voz de un locutor.
Su película favorita: “La mafia”.
Stop.
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