Desde afuera

Es sabido, a esta altura, que en la mayoría de los colegios las personas hacen la fila en la calle.
A las 9 de la mañana el Colegio San Ladislao, ubicado en Mariano Moreno 1666, Olivos, contaba con dos filas, una de mujeres y otra de hombres, con alrededor de 40 personas en su vereda.
Una mujer, que ya había votado, se quejaba de que en su DNI no le habían puesto el sello que corrobora el hecho. Luego de entrar nuevamente y quejarse, se lo pusieron, aun así, entró nuevamente a alertar a la mesa de la “incapacidad” de aquella persona para ocupar ese lugar de responsabilidad.
Media hora después la fila femenina se despejó por completo, pero la masculina seguía llena. “La masculina va un poquito mas lenta”, explicó un agente de seguridad.
Hacia mucho frío, algunos llegaban bien abrigados, con bufandas que tapaban sus bocas y otros tomaron, además, la precaución de usar barbijo.
En cuanto a los policías que estaban parados en la puerta, de alguna manera organizando la entrada y salida de los votantes, no dejaron pasar a la prensa.
Esto se volverá a repetir.