Hay un olor raro en el aire…como a vainilla, cuero y humedad. Regalos de cuero en la mesa, algunos caballos decorativos a la vista, un escritorio atestado de papeles, así es su oficina.
Alberto Trípoli entró en la municipalidad a trabajar en el año 60´,”no me fui nunca”, dice y consta en actas. Entró como cadete porque no tenía la edad, cuando cumplió los 18 “fui recorriendo oficinas: trabajé en catastros, en obras públicas”, cuenta.
“Cuando tenia 16 años me gustaba mas hacer política que trabajar”, dice como si la política no fuera un trabajo. Pero, sin embargo, trabajó en el área privada “me encantaba lo que hacia pero nunca dejé la municipalidad porque yo sabía que algún día íbamos a volver. En el 83volví para ser subdirector de servicios públicos”, explica.
Nació en la calle Alsina, al 400, frente al Club Acassuso, “toda una vida acá”, dice.De hecho es presidente del Club Acassuso: “Es el club de mis amores”.
Ojos turquesa. No es un recurso de la exageración.
Hizo primaria y secundaria en San Isidro y después: “Trabajar y trabajar”, casi canta.
Está en pareja, su pareja tiene dos hijos grandes, él no tuvo hijos. “No tuve esa suerte, no se dio, formé pareja de jobato”, dice sin aire de broma.
Tiene un gran reloj en su muñeca que le enseña, todo el tiempo, el paso de él mismo.
_Tiene pinta de galán…¿muchas novias?_No, mucha noche. Trabajé de noche en un momento de mi vida…y eso tiene la noche, las luces te trastocan (ríe)
El día que no esté más en el puesto le gustaría hacer lo mismo desde una empresa privada bajo su responsabilidad. Le gustaría que la suya sea una empresa subcontratada por la municipalidad.Proyectos…
Alberto Trípoli entró en la municipalidad a trabajar en el año 60´,”no me fui nunca”, dice y consta en actas. Entró como cadete porque no tenía la edad, cuando cumplió los 18 “fui recorriendo oficinas: trabajé en catastros, en obras públicas”, cuenta.
“Cuando tenia 16 años me gustaba mas hacer política que trabajar”, dice como si la política no fuera un trabajo. Pero, sin embargo, trabajó en el área privada “me encantaba lo que hacia pero nunca dejé la municipalidad porque yo sabía que algún día íbamos a volver. En el 83volví para ser subdirector de servicios públicos”, explica.
Nació en la calle Alsina, al 400, frente al Club Acassuso, “toda una vida acá”, dice.De hecho es presidente del Club Acassuso: “Es el club de mis amores”.
Ojos turquesa. No es un recurso de la exageración.
Hizo primaria y secundaria en San Isidro y después: “Trabajar y trabajar”, casi canta.
Está en pareja, su pareja tiene dos hijos grandes, él no tuvo hijos. “No tuve esa suerte, no se dio, formé pareja de jobato”, dice sin aire de broma.
Tiene un gran reloj en su muñeca que le enseña, todo el tiempo, el paso de él mismo.
_Tiene pinta de galán…¿muchas novias?_No, mucha noche. Trabajé de noche en un momento de mi vida…y eso tiene la noche, las luces te trastocan (ríe)
El día que no esté más en el puesto le gustaría hacer lo mismo desde una empresa privada bajo su responsabilidad. Le gustaría que la suya sea una empresa subcontratada por la municipalidad.Proyectos…
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