domingo, 5 de julio de 2009

“No tuve la perseverancia de poder hacer realmente lo que quería”


Mario Alonso, Secretario de Desarrollo Social, mantiene la postura erguida durante toda la charla. Su expresión está en la voz.
Esta secretaría alguna vez la ocupó el intendente Gustavo Posse,” cuando él deja este lugar para ir de diputado me convocan. Ya llevo 12 años dentro de esta secretaría”, se alegra por ello. Sin embargo no toda su vida, por una cuestión de cuentas podemos asegurarlo, se sitúa en ella. Antes de asumir en la secretaria tenía una empresa de personal temporario.
Hay una pequeña y delgada línea que atraviesa su pera. Hay una abundante cabellera que adorna su el extremo superior de su cara.
Dice que nació casado “porque tengo 36 años de casado y 9 de novio”. Tiene tres hijos y siete nietos: “Si uno supiera lo lindo que son los nietos, en ves de tener hijos tendría nietos, asegura mientras ríe y mientras ríe se pone colorado.
Unas uñas comidas denotan nerviosismo, un hablar pausado oculta lo anterior.
Estudió Filosofía y Letras, “en la universidad fui buen alumno”, reconoce.
Tiene lo que el común de la gente diría al pasar “voz de locutor”, habla como tal.
No escucha mucha radio, sin embargo hizo 10 años de televisión y mas de 12 años de radio y confiesa que: “la radio me apasionó mucho mas que la televisión, yo estaba en esa pecera sólo, y decía “no importa si hay uno sólo del otro lado escuchándome, hay alguien”. Además en la radio uno se concentra, la televisión es otra cosa sobre todo cuando la haces en vivo: cámara aquí, cámara allá, la lucecita que se enciende, la gente que camina. La radio es algo más íntimo”.
Empezó haciendo radio en la que era “San Isidro Labrador” y televisión en canal 5 de Vicente López.Además confiesa que hizo de todo en su vida. Escribió y publicó tres libros: dos de cuentos y uno de ensayo filosófico en el año 71. “El primero fue un fracaso total, como todos los otros” dice y luego ríe. Risa que le sale seguido.
Recuerda el razonamiento de Sarmiento que decía que para ser un hombre completo había que “Escribir un libro, tener un hijo, y plantar un árbol”.“Los hijos me salieron mas o menos, el libro fue un fracaso total y el árbol se me seco”, vuelta sale la risa.
Además también destapa otro costado relacionado con el arte pero esta vez inmiscuido en el campo de la música: “Hice mucha música, compuse muchas canciones, no tuve la perseverancia de poder hacer realmente lo que quería”. Vuelvo a insistir, como alguna vez lo dije, somos palabra, somos aquello que decimos.
Cuenta que años antes que aparezca Juan Manuel Serrat estaba haciendo algo parecido a lo que él hizo después, la única diferencia es que a él le dijeron en cada uno de los sellos discográficos a los que iba, que las letras eran difíciles. “A los pocos años aparece Serrat con poemas que no tienen letra fácil y fue todo un éxito”.
Aquí, un verso de el poema “El soneto de mi propia muerte” que quiso hacer canción, como tantos otros: “me morí en una tarde en San Isidro con un rumor pretérito y sin nombre…”, narra con voz de glosar.
“Y después ya no me acuerdo como seguía”…
Son las cosas de la vida, son las cosas del decir que no han sido dichas.

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