miércoles, 24 de noviembre de 2010

Red Solidaria, entrevista con Juan Carr


Esta nota no tiene título, o tiene varios. Por eso le recomiendo que la lea hasta el final y se tome la libertad de ponerlo usted mismo.

Juan Carr llega al bar del Automóvil Club de Vicente López enchufado a los auriculares que se enchufan al teléfono. Mira fijo al saludar. Se sienta en la mesa y pide una ensalada completa. Es médico veterinario y docente, además de ser el representante de la Red Solidaria. “Me pregunté que podía hacer por la comunidad, teniendo en cuenta que no hay mucho tiempo, entonces entre mi mujer, yo y tres amigos dijimos juntemos el poco tiempo que tenemos cada uno en red. Compramos una computadora y arrancamos. El origen no fue desde ninguna historia de dolor, sino “los que estamos bien, ¿que podemos hacer por la comunidad?”, dice, comenzando la charla.

Ya pasaron 15 años de ese comienzo. La Red Solidaria nació en 1995, creó un mecanismo que permite brindar ayuda a numerosas situaciones y necesidades que se presentan a diario en el ámbito social. Es una organización en la que los voluntarios intentan salvar vidas o mejorar la calidad de vida de otras personas. Además de establecer un nexo entre los que necesitan y aquellos que puedan cubrir cada una de éstas necesidades.

“El argentino siempre está listo, nosotros lo que hicimos fue tocar los botones justos y por eso la Argentina reacciona”, sin embargo aclara que: “La generosidad Argentina no está en duda, lo que si tiene es que está muy fragmentada: la izquierda y la derecha, los de arriba y los de abajo, lo rural y lo urbano. Se juntan cinco argentinos a hablar sobre el hambre y se pelean.”


¿Cómo define la solidaridad?
Cuando teníamos tres o cuatro años fundamos la Cátedra de la Cultura de la Solidaridad. Te paso a nombrar las definiciones que salieron de allí:
Prójimo: es aquel que tiene derecho a esperar algo de mí.
Cultura de la Solidaridad: es un proceso por el cual una comunidad primero levanta la mirada, presta atención a las necesidades de tus semejantes, reflexiona al respecto y decide transformar esa realidad.
Estas dos definiciones se acercan a la solidaridad.

En ese accionar, “levantar la mirada”, ¿Puede llegar a existir un dejo de soberbia?
Si claro, un dejo no, yo tengo una soberbia que la trabajo desde mi humildad todo el tiempo. Hay una parte que uno se perdona porque yo con mis elementos culturales, con mi capacidad, con mi economía, con mi vida tengo el mérito de poder levantarme a mirar al otro.

¿La solidaridad siempre va hacia abajo?
Uno se pone mas grande y menos crees en “abajo y arriba” y cada vez estas mas horizontalizado.

¿Usted ve una horizontalidad?
Si, en una situación como la de Tartagal a mi me llaman los dueños de la Argentina y a la vez me trae un cartonero media bolsa de arroz. Pero por supuesto que sería una utopía la horizontalidad total.


El celular no para de sonar a cada rato, y no titubea en atender…

¿De qué manera se sostiene Red Solidaria?
La Red no tiene gastos, si de tiempo, pero nuestro problema no es económico. Para cambiar al mundo no necesitamos plata, necesito compromiso.

¿Qué papel ocupa la religión en la Red Solidaria?
La red es laica, muy laica. Fue una riqueza esto porque se ha sumado mucha mas gente.


Hace huertas y granjas para combatir el hambre: “A mi me pagan por eso”. Trabaja, demás, en el Centro de Lucha Contra el Hambre en la Facultad de Veterinaria: “A don horem pero me financian los programas”, cuenta.
Está realizando un mapa del hambre, “porque no es fácil saber donde están los hambrientos. En el mapa del hambre se va a buscar a cada desnutrido que aparezca y lo vamos a seguir hasta que termine la universidad”, dice y enseguida apunta: “proyecto delirante”.
Se sincera y reconoce que “el hambre es una obsesión personal”.

¿Qué significa, para usted, la imagen de un chico con hambre?
Es la consumación de todas las catástrofes, de todas las tragedias, es la visualización del egoísmo y del abandono.

Sabiendo que es un tema recurrente, ¿Cómo hace para vivir con eso?
Hago terapia, y estoy muy relajado. Lo que sí, no dejo de levantar la vista, pero comparado con la Madre Teresa estamos todos perdidos. Lo peor es la indiferencia.

¿Cree que cualquiera puede hacer lo que esta haciendo usted?
Si, yo se que estoy haciendo algo distinto, pero cualquiera podría hacerlo.

A lo largo de la entrevista hubo palabras que eran para resaltar entre comillas, todas hubieran servido como un gran título para esta nota. Decídalo usted.

“El mérito nuestro es tomar la iniciativa no otro”

“El producto final de la solidaridad es la justicia”

“Todos tenemos nuestras miserias y yo tengo miedo que nos agarre un ataque de pureza y digan “que olor a Madre Teresa de Calcuta””

“La característica en común que tienen los que esperan un trasplante, los inundados, los desnutridos, los que están solos es que son invisibles. Nosotros descubrimos ese elemento: la invisibilidad de los abandonados”

“Yo confío mucho en el que sufre, es el que sabe”

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