jueves, 8 de septiembre de 2011

"La Noni" *


* Columna Juvenil del diario Las Cosas del Decir, mes de Agosto

Hace ya casi dos meses, más exactamente el 21 de julio de este año, mi hermana y yo estábamos comenzando uno de los más lindos recorridos de nuestras vidas: Estábamos partiendo a Roma, Italia.
Mi abuela materna, más conocida como “La Noni”, nos invitó a conocer su país, su tierra, donde están los orígenes de mi familia. Si bien mi abuela desde muy chica vive en Argentina, una vez por año viaja a su país natal, pero esta vez no iría sola.
Como les decía, hace un mes y medio, Meli y yo estábamos tomando el avión hacia Roma, donde nos esperaba “La Noni” con muchas ansias. El viaje fue bastante largo, aburrido y monótono. Llegamos luego de 14 horas a destino sin escala alguna, y con la cabeza bastante abombada, pero felices de empezar esta aventura juntas. Era la primera vez que viajábamos tan lejos sin nuestros papás y acompañadas de nuestra tan querida abuela.
Estuvimos en Europa veinticuatro días, de los cuales todos menos tres (que fuimos a Paris), los pasamos en Italia. Tuvimos la suerte de recorrer Roma, Venecia, el Sur de Italia con todos sus pueblitos situados muy particularmente sobre la montaña; Positano y Amalfi entre otras costas del indescriptible Mar Mediterráneo y la ciudad de Torino. Si me preguntaran a mí que fue lo que más me gustó, no dudo ni un segundo en decir que Roma es uno de los lugares más lindos de todos. Mi hermana y yo nos enamoramos de esa ciudad, de su historia, de sus ruinas, sus Iglesias, sus calles enredadas y su gente alborotada. Claramente no nos privamos de conocer los lugares más típicos, como el Coliseo, La Fontana de Trevi, el Vaticano, Piazza España, Piazza Venecia, etc...
Después de conocer Roma, viajamos a Paris y nos aventuramos a uno de los parques de diversiones más conocidos del mundo: "Euro-Disney", en el cual no se veían más que sonrisas y niñitos disfrazados de piratas, princesitas, o de personajes de Disney, claro. La magia que tiene Disney es realmente espectacular. La alegría que te transmiten los chiquitos en los brazos de sus papás, intentando saludar a Mickey, es incomparable. Fue una de las experiencias más lindas poder ver toda esa felicidad junta en un mismo lugar.
Ya cansadas de tanto recorrer y con nuestros ojos llenos de nuevos paisajes, volvimos a Roma y nos tomamos un micro directo al Sur. No fueron más que unas siete horas de viaje las que, por cierto, fueron de mucho alivio para nuestros pies. En el Sur, más precisamente en un pueblo llamado "Stigliano", nació mi abuela. No se imaginan la felicidad con la que nos llevó a su casa por primera vez y la alegría con la que nos abrió la puerta y nos recibió. Allí visitamos primos, tratamos de vivir de una forma "Italiana", imitando un poco el idioma y luchando con nuestro oído para que se acostumbrara al acento. Mágicamente terminamos entendiendo la lengua o interpretando alguna que otra frase.
A la vuelta del pueblo, y metiéndonos nuevamente en nuestro personaje de "turistas" recorrimos Venecia, una ciudad creada perfectamente en el agua, con sus canales plagados de góndolas, sus blancos puentes y turistas de todas partes del mundo. Una ciudad realmente grandiosa y lindísima. Y por último: el Mar Mediterráneo, caracterizado por el agua cristalina y su paisaje inolvidable, con montañas de un lado y mar del otro… realmente sorprendente.
Haber tenido la oportunidad de concretar este viaje es algo que todavía no puedo creer. Este era el sueño de mi Noni: llevarnos a nosotras, sus nietas, a su país; que conozcamos a sus paisanos y primos y que caminemos de la mano en el mismo pueblo donde nació. Para mí no hay ser más puro y más humano que un abuelo. No hay nada que se compare a sus abrazos, sus historias de cuando vivió en épocas de guerra, de las aventuras por las que pasó; no hay nada que se asemeje a sus riquísimos almuerzos preparados con tanto amor. Sin duda, los abuelos son extraordinarios; y estoy feliz de poder vivir mi vida acompañada de mis dos abuelas: dos personas de las cuales aprendo muchísimo día a día.

3 comentarios:

  1. son mi orgullo, el amor que tiene hacia el prójimo lo demuestran día a día con sol con lluvia siempre presentes para ayudar, que todo lo que dan les sea devuelto en felicidad,en salud, y amor. Las amo.MAMÁ

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