jueves, 26 de mayo de 2011

Columna juvenil*

*Esta columna corresponde la Columna Juvenil del diario impreso "Las Cosas del Decir" mes de Mayo. Su autora: Carolina Lera

Como les conté en una columna anterior, estoy cursando Administración en la UBA, y no saben qué distinto es al colegio. Hasta ahora estoy muy contenta con la vida universitaria. Si bien la época de parciales no fue ni la más linda ni la menos estresante, pude superarla con cierta calma, y ahora ya vuelvo de nuevo a los días menos "movidos".

Hay algo que realmente no me gusta de la facultad, y es la irresponsabilidad de algunos profesores. Al principio a mí no me parecía una falta de respeto pero mi papá hizo que me de cuenta el poco compromiso que tienen algunos docentes no solo de la UBA, si no de muchos otros lugares también. Igualmente, yo voy a hablar de mi universidad ya que esa es mi realidad.

Dos días a la semana entro a la facultad a las 7:00 de la mañana (bastante tempranito, ¿no?). Gracias a Dios no tengo que tomarme colectivos ni levantarme muy temprano, debido a que mi papá me lleva hasta la facultad y tengo solo diez minutos de viaje. Pero tengo compañeros que se levantan a las cinco, o cinco y media de la mañana para llegar a horario. Para llegar a horario a una clase en la que el profesor llega a la hora que quiere. Los primeros días, como ya mencioné antes, no le daba mucha importancia al tema... digamos que a mí me venía bien que el profesor llegue siete y media, porque era media horita más de sueño.

Mi papá me dijo una y otra vez que ese profesor era un irrespetuoso. ¡¡Y cuánta razón tiene!! Aunque no lo crean, el profesor que tenía que estar a las 7, un día tuvo el tupé de llegar a las ocho y diez de la mañana, mientras que todos los alumnos esperábamos sentados en el aula, desde hacía una hora. A la otra clase, yo llegué diez minutos más tarde para no repetir la misma escena y esperar media hora sentada, pero el profesor a las siete ya había llegado.

Ahí empezó a molestarme este tema, y empecé a ver un poco más profundamente la falta de respeto que hay en la sociedad. Alumnos que vienen desde muy lejos, para aprender, para estudiar, para ampliar conocimientos, sin que nadie los obligue; jóvenes que van a la universidad por propia decisión, son burlados de esta forma. Este profesor no gana ni más ni menos por llegar tarde, y somos nosotros, los alumnos, los que salimos perdiendo. Cada trabajo tiene sus horarios, y a mí me parece que esos horarios están para ser respetados. Si el trabajo es individual y el único que se perjudica por llegar tarde es uno mismo, entonces que esa persona haga lo quiera; pero si tu trabajo es de "interacción" con otras personas, entonces es una falta de respeto enorme hacer lo que uno quiere.

Un profesor tiene toda una clase entera a su cargo, y para cumplir bien su trabajo, tiene que intentar dar el mejor ejemplo. Si un docente muestra que llegar tarde está bien, ¿qué les queda a los que aprenden de él? Si un docente llega media hora tarde y ni siquiera pide perdón, repito: ¿qué les queda a los que aprenden de él? No estoy pidiendo cambiar el mundo, estoy pidiendo, simplemente, respeto.

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