
Hoy tengo ganas de escribir. Más allá de lo que dictamine la agenda, más allá de que no este escrito en ella la acción de escribir, lo hago igual. Me revelo. ¿Contra qué?, ¿Contra quién? Me alzo en un grito contra una hoja de papel que yo misma he llenado.
La hoja esta allí con la fecha en lo alto y las pequeñas horas del día contra el margen izquierdo. Así diagramada la hoja represente un día en nuestras vidas. Cuanta más vacía esta (la hoja), más tiempo tiene el día. Si la hoja esta llena de actividades, si esas actividades se entrelazan con lapiceras de diferentes colores, si resaltaste con marcadores aquellas cosas que son impostergables (¿¿), si traspasaste los límites del cuadrilátero renglonado… ese día mejor no te levantes de la cama.
Quisiera analizar dos cuestiones: ver lo que implica el hecho de llevar una agenda y ver como ésta puede o no coincidir con la realidad (o mejor dicho con el tiempo real).
La encadenación de actividades (tratando de no dejar huecos libres entre una y otra), que encajen a la perfección, como las piezas de un rompecabezas es ilusoria. Veámoslo:
9.30: Bañar al perro
10.00: Ir al súper
11:00: Me baño yo
11:30: peluquería (Martínez)
13:00: Almuerzo con Gustavo (Belgrano)
Voy a tratar de explicar esto. Si 9.30 voy a bañar al perro y a las 10.00 tengo que estar en el súper esto da como saldo que solo dispongo de 30 minutos para bañar al perro. De esta manera estaría dando por descontado que el perro se quiere bañar, que va a cooperar con su baño y que va a ser tan gentil de terminarse de enjuagar atrás de las orejas mientras yo termino de vestirme. Muchas gracias perro! Si tengo peluquería, y tengo que salir de allí a las 12.00 para estar en Belgrano a la 13.00…la situación quedaría imaginada de la siguiente manera:
El peluquero te esta esperando en la puerta con las tijeras en la mano (por supuesto tenias tanta suerte que no hay gente esperando…bien!).
_Hola Sergio querido!
_¿Qué te vas a hacer?- responde
_Cortar (le decís mientras pensas que este dialogo ya se comió 2 minutos!)
_¿Que corte queres?
_ El más rapidito jeje
Entonces él empieza a mover sus manos de tijera, como si fuera el hombre manos de tijera y en 5 minutos quedas lista. Él es un genio…lo ha logrado otra vez!..maximizó tu tiempo.
Bien, queda la última actividad de esta agenda improvisada por el análisis…así que apúrate!, sacudíte los restos de mechón, paga, sonreí y andate!!!
A las 13hs Gustavo te espera en Belgrano y ya son las 12! (tal cual tu agenda lo planeó)
Salís de la peluquería y el colectivo (que tanto tarda) esta allí… que mágica y bondadosa es la vida contigo. Así que subís y te relajas.
Ahora bien, todas estas situaciones marcan el ritmo de un día, marcan las agujas de un reloj fabuloso sobre la hoja de la agenda. Despertateeee!! Este es un tiempo irreal!
Como vemos no tomamos en cuenta lo imprevisto, lo sorpresivo, la no rutina: el colectivo se atrasa, puede tardar en venir, el perro puede luchar por no bañarse, perder el tren, que el taco se te rompa y debas volver o el encuentro con alguna persona que hacia mucho que no veías (te puede llevar 10 minutos de charla). La calle es eso. La vida es eso.
Hay un tiempo imaginario que queda muy bien ilustrado en la hoja de la agenda, pero al cual es casi imposible acomodarse porque esta pisando la irrealidad! Hay un tiempo real al que puedes acomodarte: 1º tú y luego la agenda.
¿Qué pasaría si un día no abrís la agenda?, no sabrías que hacer con ese día o hablarías con el abuelo (que no lo haces porque no tuvo la suerte de estar anotado en tu agenda) o harías ese llamado que tanto postergaste por falta de tiempo…yo me senté a escribir…vos que harías?
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