martes, 22 de septiembre de 2009

“El físico culturista es un atleta de competición”

Claudio Martínez tomó su primera cerveza a los 40 años, ya que hasta los 43 vivía para su cuerpo, y él para él.
Debutó en la categoría juvenil como físico culturista. Arrancó y no pudo parar.

“El físico culturismo fue una pasión en mi vida, desde el primer día. Fue amor a primera vista”, dice.
No deja, a lo largo de la entrevista, de comparar a la mujer con esta actividad, aunque resulte paradójico porque de mujeres no habla.

A los 19 años ya era Campeón Argentino Juvenil. Es tres veces Campeón Sudamericano.
“Los torneos de culturismo son de perfección física, de simetría, de grado de muscularidad, es como un escultor que hace una obra y trasmite su personalidad a la obra. En este caso la obra de arte es uno mismo”, explica. Más allá de esos títulos que supo conseguir, nunca tuvo un aporte económico de ningún lado, sino todo lo contrario, trabajaba para costear sus viajes a los torneos.

Claudio deja bien en claro la diferencia entre el culturista y el “patovica de boliche con remera ajustada”: “El físico culturista es un atleta de competición”, dice y agrega a modo de remate de chiste: “La cosa no es solo ser grande porque los elefantes son grandes también pero no ganan torneos”. “Clok”.

“Clok”, es un sonido producido cada vez que tuerce la mandíbula y hace bailar su lengua. Funciona en él como una muletilla, como punto final de una oración que lo deja bien parado.
Tiene el pelo largo, casi hasta la cintura. Eso tiene una explicación.
Es nervioso, aunque él diga lo contrario (“soy tranquilo, lo que me saca es la pelotudez”).
Le tiembla el labio, la voz, le tiemblan las cejas. Cejas tupidas. Una de ellas se levanta sola cuando hay algo dicho sobre lo que quiere dejar constancia.

Hace 25 años que tiene un gimnasio sobre la Avenida Centenario, en San Isidro.
Pero antes de este emprendimiento hay una historia que merece ser contada.
En el 77´ comenzó sin nada, perdón, tenía el prestigio de haber salido Campeón Nacional.
“En el barrio las mujeres me empezaron a mandar a los hijos para que los entrene”, dice.
Y así empezó, creando un lugar de entrenamiento en el fondo de su casa. No tenía ninguno de los elementos con los que hoy cuenta un gimnasio. No tenía dinero, “mi viejo me tomaba en sorna, como todo viejo”, dice.

Recurrió a la imaginación: “Mi primer espejo fue el del botiquín del baño de mi abuela que había fallecido, los primeros bancos fueron bolsas de arena, con el primer sueldo compró una barra disco”, y así se fue armando su primer gimnasio.

_ ¿Su familia lo apoyó en esto?
_ Haber… (Tarda en contestar, va y vuelve en un balbuceo), cuando yo hago algo no veo si me apoyaron o no, yo voy en esa dirección.

“Yo adoraba subir al escenario, me encantaba posar, y esos dos minutos que estaba ahí cubrían todo el año de entrenamiento. Toda mi disciplina y mi sufrimiento, todo lo que me privé en la vida, eran para esos dos minutos”, confiesa Martínez.


Habla cronológicamente. Si se lo saca de su tiempo verbal… vuelve. No quiere, ni debe, omitir detalle.

Estudiaba ingeniería mecánica mientras trabajaba en el gimnasio y se preparaba para los torneos. En cuarto año dejó de estudiar.
Sin embargo hoy, con 51 años, retoma aquello que es su segundo amor: “Ingeniería fue también una pasión en mi vida, pero lo que primaba en ese momento era el culturismo”.
Muy pocas personas saben que fue físico culturista. No le cuenta su vida a todo el mundo. Pero se notan esas ganas de contar…

Ha levantado tanto peso en su vida que se le desgastó el cartílago de la cadera, “pero no me importa, porque no es de viejo sino porque rompí el cuerpo entrenando y eso es un orgullo para mi”, dice.

“Lo que obtuve lo obtuve yo, y nadie me ayudo. Clok”.

En el Campeonato Mundial de Inglaterra, en el año 2001, salió 7mo entre 24. Ese día bajó del escenario “y sentí algo que no había sentido nunca, sentí que no iba a subir mas”.

Y no subió más.
Desde ese día no se volvió a cortar el pelo.

La determinación para emprender y para hacer es la misma que tuvo para retirarse.


3 comentarios:

  1. Esta buena la entrevista,esta buena..

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  2. Descubri este bloger de casualidad...felicitaciones por la entrevista..muy bien llevada las preguntas y los detalles de la periodista..yo tambien en mi juventud entre los años 1966 y 1970 competi en fisicoculturismo,por eso me enganche en la nota ja.,yo tambien deje bruscamente...y estoy orgulloso de esa etapa pero debia elegir o trabajar para mi cuerpo o trabajar para tener un futuro economico mejor..pues no estaba en mi poner un gimnasio..saludos

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  3. Un tipo espectacular,yo tuve la oportunidad en el año 81 de entrenar en su casa,el hacia los aparatos, lo recuerdo soldando los aparatos que el fabricaba,luego entrené en su gimnasio de avenida centenario,un campeón en el escenario y en su vida

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